martes, 21 de septiembre de 2010

Toma de contacto

Tres sonoros golpes en la puerta: pam, pam, pam! y una aguda voz gritando como si el mundo estuviera en sus últimos momentos....."half past eight!!!!" me sacaron del entresueño en el que me sumía desde hacía un rato, esquivando la hora de levantarse. Sin salir todavía de la cama, arrastré hacia mi la cortina... a través de la ventana el lago plateado, los verdes árboles, los prados, unos columpios.
La aguda voz de nuevo gritando... "hoooorseeees"... y efectivamente, los horses trotando al otro lado del lago. El dulce olor del té que Christophe estaba, por un día, preparando antes que yo, me convencieron para levantarme. 
Hmmm... extraña sensación de despetarse tras una noche de fiesta y comprobar que ese dolor de cabeza que suele acompañar el momento de volver a la realidad, sencillamente, no está. Efectivamente, amigos míos, y aqui empieza lo interesante, en Polonia no existe el garrafón. Hay mejores y peores vodkas, pero todos son de una calidad que no podeis imaginar... solo recomiendo probarlos.
Anoche fue la noche del Żubrówka, un delicioso vodka color amarillento que producen en una region cercana, debe su maravilloso sabor al pis del Zubr, el bisonte que pasta en tan preciosa región. Mmmm!


Tortura terrible a la que condenaría a mis peores enemigos, clases de polaco. El idioma es bonito pero despues de aprender "Nie rozumiem" y "Dzien dobry", todo lo demas que puedas intentar aprender es eso... intento. Palabras sencillitas como "Prezroczysty", "zgubilam", "zwykle"....hacen a uno preguntarse si cuando empezaron a construir el idioma lo hicieron con el Scrable despues de que el hermano pequeño se hubiera tragado las fichas de las vocales.


Mi primer encuentro con Polonia, en el tren hacia Wroclaw con Adam, ya fue un bonito encuentro. Un chico encantador que me estuvo contando la historia de la ciudad durante todo el trayecto, después, visita guiada, que más se puede pedir! El venía de las montañas con su arco, yo con mi gran mochila de viaje... un pueblo precioso, las lámparas de la isla de la ciudad son de gas y todas las noches las enciende un hombrecillo vestido elegantemente (tambien madruga para apagarlas).




Dormir en los trenes polacos, si el compartimento esta vacio, es lo mejor que puedes hacer. Hay muchas cosas prohibidas, pero no fumar en ellos....


Son lentos, lentos. Pero bueno, con calma y tranquilidad amanecí en Gdansk.




Precioso centro medieval, fachadas pintadas de colores... una visita no muy larga. Mochila preparada para un año en Polonia a la espalda, no lo olvidemos.


Pero llegue a Olsztyn, donde por fin pude librarme de tan pesada carga. Aqui estoy, tras tres semanas y unas cuantas aventuras vividas. Otras tantas quedan por vivir, por recordar, por escribir.
Pero de momento, y para que no me llamen pesada, lo voy a dejar aqui.


Nos vemos pronto!!